COMERCIO: Estados Unidos se preocupa por el apetito voraz de China por los puertos
AP: Estados
Unidos está preocupado por la expansión económica de China en América, y en
particular sus inversiones en los puertos, pero ¿amenaza esto su seguridad
nacional? ¿Cómo contrarrestarlo?
El subcomité de Seguridad Marítima y Transportes de la
Cámara de Representantes ha invitado a este mes a varios expertos para
aclararlo.
Puertos en América
Las empresas chinas han invertido en terminales
portuarias en siete países de América, incluidos cinco en puertos de Estados
Unidos, afirmó Isaac Kardon, investigador de estudios sobre China en el Fondo
Carnegie para la Paz Internacional en Washington.
Dos
empresas estatales, Costco y China Merchants, junto con el conglomerado privado
con sede en Hong Kong CK Hutchison Holdings, son los principales socios chinos
en cada una de estas inversiones, agregó.
En
comparación con otras regiones tiene una presencia "relativamente
modesta en las Américas, con inversiones en 15 puertos de un total de 95",
dijo Kardon.
Según
él, en Estados Unidos las empresas chinas poseen participaciones minoritarias,
generalmente como empresas conjuntas con firmas estadounidenses.
Las
empresas chinas o subsidiarias han realizado inversiones "particularmente
estratégicas en Panamá, Perú y Brasil". dijo.
Concretamente
en el puerto brasileño de Paranaguá, el peruano de Chancay y dos de los cinco
del canal de Panamá.
El canal de Panamá
El
canal de Panamá fue construido por Estados Unidos e inaugurado en 1914. Se
entregó a Panamá en diciembre de 1999 en virtud de tratados bilaterales.
Hutchison
Ports PPC (también conocida como Panamá Ports Company SA) gestiona el puerto de
Cristóbal, en el lado Atlántico del canal, y el de Balboa, en el lado Pacífico,
desde 1997.
Estados
Unidos considera estos puertos una amenaza para su seguridad.
Matthew
Kroenig, vicepresidente y director del Centro Scowcroft de Estrategia y
Seguridad del Atlantic Council en Washington, cree que "China podría
intentar obstaculizar el comercio a través del canal".
Además,
según él, China envía a través de esta vía sustancias con las que se fabrica
fentanilo, un opioide sintético, y opera con "tecnología de
vigilancia" que se utiliza "para recopilar información".
Kardon
aconseja que Estados Unidos actúe estrechamente con Panamá para por ejemplo "atraer
capital privado con el fin de hacerse cargo de cualquier concesión rescindida y
expandir y modernizar las instalaciones existentes".
Por
lo pronto el país latinoamericano está a la espera de conocer los resultados de
una "auditoría integral" sobre Puertos de Panamá.
¿Amenaza para la seguridad?
Kardon
ve dos áreas de preocupación: el uso de estas infraestructuras para acumular "poder"
en la región y la exposición a "vulnerabilidades físicas y
digitales" (equipos fabricados en China, software integrado en los
sistemas...).
En
el ámbito militar, la presencia naval china en América "es
relativamente modesta" y la presión de fuerzas "favorece
abrumadoramente a Estados Unidos", añade, porque Pekín se centra en "el
Pacífico occidental" con el objetivo de tomar el control de Taiwán en
un futuro.
Para
Kroenig, "China representa la mayor amenaza contemporánea para la
seguridad nacional de Estados Unidos" en el caso de una crisis o
guerra.
"Es
un desafío integral con dimensiones económicas, tecnológicas, diplomáticas,
ideológicas y militares", apuntó.
Los
países de América Latina y el Caribe suelen sentirse "atraídos por las
inversiones en infraestructura de China, pero vienen con un costo",
porque a través de ellas "consolida el acceso a recursos, capta a las
élites, gana influencia sobre los gobiernos, cambia las políticas nacionales a
su favor y socava las normas democráticas, la transparencia y los estándares
ambientales", explica Kroenig.
¿Cómo contrarrestarlo?
China
invierte en infraestructura portuaria debido a sus "ventajas económicas
y geopolíticas", aseguró Cary Davis, presidente y director general de
la Asociación Americana de Autoridades Portuarias (AAPA).
Según
él, Estados Unidos tiene que "aumentar las inversiones directas"
en los puertos nacionales y "en los de países aliados".
Para
Kardon es esencial implementar medidas de ciberseguridad estrictas y
obligatorias.
Kroenig
recomienda a Washington fomentar que los países de la región dejen de colaborar
con China en "áreas de preocupación", pero estima que podrían
seguir haciéndolo en otras "no sensibles como la agricultura".
Pide
proporcionarles "alternativas" a las inversiones chinas"
incentivando al sector privado.
Ryan
C. Berg, director del Programa de las Américas del Centro de Estudios
Estratégicos e Internacionales, aconseja a Washington cambiar de estrategia.
"Es
mucho más fácil jugar al ataque que simplemente jugar a la defensa",
dice.
Pone como ejemplo el puerto peruano de Chancay: es preferible implicar "al sector privado estadounidense (...) que intentar hacer que los peruanos se deshagan de este nuevo megapuerto".
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