MUERTE PAPA FRANCISCO: "No habrá un Francisco II", pronostica vaticanista de cara al cónclave
AFP:
Ciudad del Vaticano. - El próximo papa deberá ser una
figura de consenso, capaz de "recomponer" las
diferentes corrientes con más colegialidad después de un pontificado marcado
por profundas divisiones en la Iglesia católica, anticipó el vaticanista
italiano Marco Politi en una entrevista con AFP.
PREGUNTA: El
80% de los cardenales electores nunca ha vivido un cónclave y se conocen poco.
¿Puede esto constituir una dificultad adicional?
RESPUESTA: Se
trata del cónclave más espectacular de los últimos 50 años. Es el primer
cónclave en 50 años en el cual hay una fuerte sensación de fractura en la
Iglesia.
Ese es su principal
desafío.
Por supuesto, un número
enorme de cardenales proviene de los lugares más alejados del mundo y una gran
parte de ellos no conoce a los demás, ni los mecanismos del gobierno central de
la Iglesia. Porque tal vez sean buenos sacerdotes en su región (...) pero no
tienen la experiencia de la máquina central. Muchos no han pasado por Roma y
también a menudo tienen dificultades con el idioma porque el italiano ya no es
la lengua vehicular. Todo esto hace que este cónclave sea difícil.
P: Con
un papa que cree consenso, que armonice las diferentes tendencias, ¿hay riesgo
de inmovilismo en el próximo pontificado?
R: Hay
un riesgo, pero se puede decir irónicamente que habrá una elección entre un
papa que frene y uno que avance lentamente. Porque se sabe que no habrá un
Francisco II.
Francisco fue muy
impulsivo y cambió las cosas a través de gestos, palabras repentinas, aunque
meditadas.
Ahora, precisamente
porque existe esta idea de reunir a todos de nuevo, se necesita una gestión más
cuidadosa, más colegiada. Francisco trabajaba poco en equipo con las oficinas
de la Curia, hay cardenales que lo critican porque no convocaba al Colegio
Cardenalicio.
P: ¿Cuáles considera que son los tres
principales desafíos del próximo pontificado?
R: Además
del abuso, que es un tema recurrente, hay tres desafíos importantes: uno es
restaurar un sentido de un sistema de trabajo colegiado, en el cual el papa
también toma en cuenta los dicasterios de la Curia.
En segundo lugar, más
colegialidad con los cardenales, que representan a la Iglesia universal.
Luego está la cuestión
de si el proyecto sinodal de Francisco sigue adelante o no. Cuando Francisco
estaba en el hospital, firmó un programa de tres años con tres puntos: promover
el papel de las mujeres, rendición de cuentas y cuerpos consultivos. Este es el
desafío, ¿su sucesor continuará este
programa o lo desechará?
P: ¿Qué rasgos prevalecerán en la
elección del papa? ¿Personalidad, edad, nacionalidad, cercanía con Francisco?
R: Uno
de los puntos clave a abordar es la capacidad de revitalizar la Iglesia.
Ninguno de los tres últimos papas --Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco--
ha logrado superar la crisis de la Iglesia en sus estructuras diocesanas y
parroquiales.
Las vocaciones han
seguido disminuyendo (...) y eso es motivo de preocupación.
El próximo papa debe
ser capaz de recomponer, de dar un nuevo impulso a la vida religiosa en la
base, de tener presencia internacional, como Francisco, y de hablar con la
gente. Es decir, tener carisma. Ratzinger [Benedicto XVI], por ejemplo, no lo
tenía, a diferencia de Wojtyla [Juan Pablo II] y Bergoglio [Francisco].
P: ¿El próximo papa puede ser también una total
sorpresa?
R: Es
una opción. Me parece extraño estos días que no haya emergido un buen
conservador como un verdadero candidato. Los ultraconservadores no pueden decidir
al próximo papa, necesitan aliarse con el centro. Necesitan un conservador con
rostro humano, simpático, que tal vez comunique y luego frene sobre el
diaconado, pero con suavidad. Esa figura aún no ha surgido.
P: Los
cardenales hablan de un cónclave corto...
R: Es una paradoja, pero muestra un deseo de no mostrar divisiones.
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