Ingeniero dice peso en el techo no causó el colapso en Jet Set
SANTO DOMINGO, RD. - El peso total de los equipos instalados en el techo del edificio donde
operaba el centro de entretenimiento Jet Set era cuatro veces menor que la
capacidad estructural que exige la normativa de construcción dominicana vigente
en el momento en que se levantó la edificación, afirmó el ingeniero estructural
Juan José Ramírez, quien hizo un ejercicio de observación técnico, a partir de
imágenes e informaciones obtenidas, tras la tragedia ocurrida en Santo Domingo.
Ramírez, especialista en ingeniería sismorresistente con
más de 24 años de experiencia profesional y miembro fundador de la Sociedad de
Ingenieros Estructurales de la República Dominicana (SINEDOM), descartó en una
declaración escrita que la carga de los aires acondicionados y tinacos haya
provocado el colapso, una hipótesis que circuló ampliamente en medios de
comunicación y redes sociales.
Según las mediciones realizadas, el peso combinado de
estos equipos no superaba las 11,915 libras, mientras que el techo estaba
creado para soportar al menos 49,590 libras, según los estándares establecidos
por la Ley 675, vigente entre 1972 y 1973, cuando fue construido el inmueble.
En términos proporcionales, la carga real representaba
apenas el 24 % de la resistencia esperada, lo que, en palabras del propio
Ramírez, elimina cualquier duda sobre una posible sobrecarga estructural. Sobre
la cubierta del edificio se encontraban instalados diez unidades de equipos de
aire acondicionado, cuyas especificaciones técnicas fueron obtenidas directamente
del suplidor.
«El
peso total de estos equipos era de 7,745 libras (3,513 kilogramos). A esto se
sumaban dos tinacos plásticos de almacenamiento de agua, cada uno con capacidad
de 500 galones. Considerando al menos uno de ellos completamente lleno, se
calculó una carga muerta adicional de 4,170 libras (1,892 kilogramos),
correspondiente al peso del agua (3,905 libras) más el peso del recipiente. En
conjunto, la carga total efectiva estimada sobre el techo era de 11,915 libras
(5,405 kilogramos), distribuida en una superficie de aproximadamente 150 metros
cuadrados», alega el
profesional.
Este conjunto de cargas -enfatiza su documento-
representa una presión distribuida muy por debajo de la carga viva mínima
exigida por la normativa dominicana vigente al momento de la construcción del
inmueble.
DESCARTA EXPLOSIÓN
Ramírez también desmiente otras teorías difundidas sin
sustento técnico, como la posibilidad de una explosión estructural o el efecto
acumulado de goteras. «En el primer
caso, los elementos de hormigón armado no producen explosiones ni ondas
expansivas cuando fallan, y los ruidos percibidos son producto del impacto al
colapsar», añade.
En cuanto a la presencia de humedad, afirma que
ésta no tiene la capacidad de generar por sí sola un colapso estructural de tal
magnitud.
HALLAZGOS «REVELADORES»
«Los
hallazgos más reveladores apuntan a una falla crítica en la integridad
estructural del techo. Las vigas no estaban debidamente conectadas a las losas
ni entre sí. No existían anclajes visibles, y muchas de las piezas recuperadas
tras el colapso no presentaban grietas o rupturas. Estaban simplemente
sueltas», agrega.
El techo, según el Ingeniero, se comportó como un
conjunto de piezas aisladas, sin capacidad de redistribuir cargas, lo que
generó un colapso en cadena.
OTRAS POSIBLES CAUSAS
Su investigación también plantea escenarios alternos que
podrían haber detonado el colapso progresivo, entre ellos un posible
hundimiento por asentamiento del terreno debido a una cavidad oculta bajo
alguna fundación, o un deterioro avanzado de los elementos estructurales por
corrosión inducida por ambientes húmedos y salinos, tras más de 50 años de
exposición.
Como conclusión, el ingeniero Ramírez advierte sobre las
limitaciones técnicas actuales del país para abordar una investigación
estructural de esta magnitud y sugiere la incorporación de una firma
internacional especializada en diagnóstico de colapsos, a fin de garantizar una
investigación rigurosa, creíble y útil para evitar tragedias similares en otras
edificaciones vulnerables.
Por: la Redacción.
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