FRANCIA: Macron intenta unir a Europa sobre Ucrania
AP: Paris, Francia. - El
presidente francés Emmanuel Macron pintó una fachada de unidad europea al
invitar a un pequeño número de líderes europeos al Palacio del Elíseo, mientras
que la administración Trump marginó al continente al avanzar con negociaciones
directas el martes con Rusia sobre la guerra en Ucrania.
Una pregunta se cernía: ¿Podría Europa hacerse cargo
de su propia seguridad, o seguiría siendo reactiva a las decisiones de Estados
Unidos y Rusia?
Desde
el impulso de Macron por una defensa liderada por Europa hasta la diplomacia de
“tercera vía” de Keir Starmer, el acto de equilibrio de Giorgia Meloni entre
Bruselas y Washington, y la resistencia de Olaf Scholz a romper con la OTAN,
Europa sigue dividida sobre su próximo movimiento.
Francia –
Macron busca liderar
Al
albergar la cumbre del lunes en su palacio parisino, Macron reforzó su intento
de convertirse en la voz dominante sobre Ucrania y la seguridad europea. Con
Scholz de Alemania políticamente debilitado y potencialmente pronto fuera del
cargo, el Reino Unido fuera de la UE, e Italia inclinándose hacia Trump, Macron
ha emergido como el líder de facto del bloque en su impulso por autonomía.
Macron
tiene un mandato presidencial hasta 2027 y el arsenal nuclear de Francia la
convierte en la única potencia atómica de la UE. Su propuesta de “garantías
de seguridad” europeas encaja en su impulso más amplio por un continente
menos dependiente de Washington. Pero forjar un consenso está resultando
difícil: Alemania está resistiendo, naciones periféricas de la UE fueron
excluidas y la imprevisibilidad de Trump nubla la perspectiva de seguridad de
Europa. “Macron ha buscado imponerse como el hombre fuerte de Europa”, opinó el
analista político francés Jean-Yves Camus.
Reino Unido – La ‘tercera vía’ de Starmer
Keir
Starmer está trazando un curso diferente, posicionándose como el vínculo clave
de Europa con Washington, mientras mantiene una firme postura pro-Ucrania.
Habiendo conocido a Trump antes de las elecciones —“Me gusta mucho”, dijo
el presidente de Estados Unidos sobre Starmer—, el primer ministro británico
viajará a Washington la próxima semana en lo que algunos ven como un esfuerzo
por cerrar la brecha entre Estados Unidos y Europa, y como un símbolo de la “relación
especial”. Mientras Trump avanza hacia la desescalada en Ucrania, Starmer
está redoblando su apoyo a Kiev, afirmando que el Reino Unido está “listo y
dispuesto” a enviar tropas británicas si es necesario una vez que haya un
acuerdo de paz. Esto contrasta con el enfoque más cauteloso de Macron y Scholz.
La
sorprendente decisión de Starmer de no firmar una declaración internacional
sobre el futuro de la IA la semana pasada —alineándose con Estados Unidos en
lugar de con la UE— ha suscitado preguntas sobre si Gran Bretaña se está
acercando más a Washington en cuestiones geopolíticas más amplias.
“El
Reino Unido se destaca por ser el único gran aliado que Trump no ha
antagonizado intencionalmente desde que asumió el cargo",
estimó Anand Sundar, asesor especial en el Consejo Europeo de Relaciones
Exteriores. “El gobierno de Starmer está haciendo todo lo posible para no
convertirse en un blanco”.
Algunos
analistas sugieren que Starmer quiere posicionarse como el vínculo entre Europa
y Trump, capaz de influir en la Casa Blanca mientras se mantiene en sintonía
con Europa.
Italia – El acto de equilibrio de Meloni
Giorgia
Meloni, aliada de Trump y la única líder de una gran economía europea que
asistió a su toma de posesión en enero, llegó tarde a la cumbre de París y se
fue sin hacer una declaración pública, lo que los observadores interpretaron
como signos de escepticismo hacia la reunión.
Según
la agencia de noticias italiana ANSA, Meloni cuestionó por qué la cumbre se
celebró en París en lugar de en Bruselas, el centro natural de toma de
decisiones de la UE, y criticó la exclusión de estados periféricos europeos
como los países bálticos, Suecia y Finlandia.
En
la cumbre, se opuso al despliegue de tropas europeas en Ucrania, calificándolo
de “la opción más compleja y menos efectiva”, especialmente sin
garantías de seguridad firmes para Kiev. Los observadores señalaron que Meloni
hizo eco de algunas de las críticas del vicepresidente estadounidense JD Vance
sobre la dependencia europea de la protección estadounidense.
“No
deberíamos estar preguntando qué pueden hacer los estadounidenses por nosotros,
sino qué debemos hacer nosotros por nosotros mismos”,
indicó Meloni según ANSA. A pesar de su escepticismo, Meloni aún participó en
las conversaciones, llevando las preocupaciones de Italia sobre los compromisos
militares europeos a largo plazo a la mesa.
Hungría – La ausencia de Orbán
Notablemente
ausente de las conversaciones de París estuvo el primer ministro húngaro Viktor
Orbán, quien tiene relaciones cálidas con Trump y es un crítico frecuente de
las políticas de la UE. Si bien no se dio una razón oficial para su exclusión,
algunos observadores lo vieron como un mensaje contundente de París y sus
aliados europeos de que no quieren tener muchas relaciones con líderes
considerados demasiado alineados con el presidente ruso Vladímir Putin.
Alemania – La irritación de Scholz
Si
Macron está avanzando, Scholz está retrocediendo. En la cumbre, el canciller
alemán rechazó propuestas para una fuerza de seguridad liderada por Europa en
Ucrania, calificándola de “completamente prematura” y “altamente
inapropiada” dado el conflicto en curso.
Scholz
no ocultó su frustración, diciendo que estaba “un poco irritado” de que
se estuvieran discutiendo fuerzas de mantenimiento de la paz “en el momento
equivocado”. Insistió en que la OTAN —no una fuerza europea independiente—
debe seguir siendo la base de la seguridad.
Debido
a su legado histórico de las guerras mundiales, algunos argumentan que Alemania
está dispuesta a ceder el liderazgo de la seguridad europea a Francia, un papel
que los franceses han buscado desde el presidente Charles de Gaulle.
Al
mismo tiempo, el debate sobre el gasto militar se está intensificando, ya que
los funcionarios de la OTAN enfatizan que el objetivo del 2% del PIB de la
alianza es ahora una línea base en lugar de un límite.
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